
Como es tradición desde hace más de un siglo, el Ayuntamiento de Oslo se vistió de gala para la ceremonia del Premio Nobel de la Paz.
Por lapatilla.com
La elección de esta fecha no es casual: cada 10 de diciembre el mundo conmemora el aniversario luctuoso de Alfred Nobel, el inventor sueco que falleció en 1896 y quien, en su testamento, legó su fortuna para premiar a quienes confirieran el mayor beneficio a la humanidad.

Este año, la ceremonia adquirió un matiz emotivo y simbólico.
Ante la imposibilidad de María Corina Machado de estar presente en la ceremonia, el galardón lo recibió su hija, Ana Corina Sosa.
Sosa aceptó la medalla y el diploma bajo una ovación de pie, simbolizando no solo el reconocimiento a la lucha de su madre, sino el sacrificio de miles de familias venezolanas. En su discurso, el Comité Nobel recordó que el 10 de diciembre es un día para reafirmar que la paz duradera solo es posible a través de la democracia y el respeto a la voluntad popular, pilares por los que Machado ha trabajado incansablemente.
Con este acto, el nombre de María Corina Machado se une formalmente a la historia de figuras como Nelson Mandela y Martin Luther King Jr., honrando el legado de Alfred Nobel en la defensa de la libertad.