
El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China ha situado a los minerales de tierras raras en el centro de la escena internacional. Esta disputa cobró fuerza luego de la imposición de nuevas restricciones chinas a la exportación de estos elementos, una medida que motivó amenazas de represalias económicas por parte del presidente Donald Trump y mantiene en vilo a sectores estratégicos de la industria global, según informó CNN.
Por Infobae
Los minerales de tierras raras constituyen un grupo de 17 elementos metálicos, entre los que se encuentran el escandio, el itrio y los lantánidos. Aunque su nombre sugiere escasez, la principal dificultad radica en el proceso de extracción y tratamiento, que exige tecnología avanzada y representa un alto impacto ambiental.
Según consignó CNN, estos materiales no solo se encuentran diseminados por la corteza terrestre, sino que su disponibilidad supera la del oro. Sin embargo, “son difíciles y costosos de extraer y procesar, y también generan un daño ambiental considerable”.
A nivel global, China posee una posición dominante en la producción y procesamiento de estos minerales. El país asiático concentra el 61% de la producción mundial y controla el 92% del procesamiento global, cifras avaladas por la Agencia Internacional de Energía.
La dependencia se acentúa porque, si bien Estados Unidos cuenta con una mina activa en California, carece de capacidad para separar y procesar las tierras raras extraídas localmente. “Hasta el inicio de este año, cualquier tierra rara pesada extraída en California igual se enviaba a China para completar la separación”, relató Gracelin Baskaran, directora del Programa de Seguridad de Minerales Críticos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en declaraciones recogidas por CNN.
Usos de los minerales de tierras raras
La importancia de los minerales de tierras raras trasciende lo tecnológico. Estos elementos resultan esenciales en la fabricación de productos de alta demanda como baterías para autos eléctricos, teléfonos inteligentes, turbinas eólicas y televisores de pantalla plana. En el campo de la medicina, su uso se extiende a escáneres de resonancia magnética y tratamientos para el cáncer.
El sector de la defensa estadounidense también se considera particularmente vulnerable, ya que emplea estos recursos en la fabricación de aviones de combate F-35, misiles Tomahawk, satélites y equipos láser. Según un reporte del CSIS citado por CNN, la dependencia de estos materiales en la industria militar es vista como un asunto de seguridad nacional indiscutible.
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