
El primer ministro polaco, Donald Tusk, acusó este martes a Rusia de estar detrás del reciente sabotaje en una línea ferroviaria clave para el envío de ayuda a Ucrania.
El jefe del Gobierno polaco señaló en una intervención ante el Parlamento a «dos ciudadanos de Ucrania que operan y colaboran desde hace tiempo con los servicios rusos» como autores materiales del ataque sufrido por esa infraestructura ferroviarias.
El primer ministro destacó que los servicios de seguridad polacos «han conseguido establecer las identidades de los responsables» de la explosión de un artefacto en la vía que une la capital con Lublin y del intento de sabotear otra ruta, pero especificó que los nombres de los culpables «no pueden ser revelados aún, debido a que hay operaciones en curso».
Tusk explicó que una de las personas sospechosas es un ciudadano ucraniano que ya fue condenado in absentia «por actos de sabotaje por un tribunal en Leópolis en mayo de este año».
El segundo es un «residente del Donbás», región oriental de Ucrania, y explicó que ambos entraron en Polonia desde Bielorrusia en el otoño de este año y, tras cometer los sabotajes, huyeron a través del paso fronterizo de Terespol.
Además, el jefe del Gobierno polaco afirmó que «en todos los casos relacionados con sabotajes y actos de espionaje (en Polonia) se ha detectado una conexión con los servicios rusos».
«Estos hechos son quizás la situación más grave desde el punto de vista de la seguridad del Estado polaco desde el estallido de la guerra a gran escala en Ucrania», afirmó el líder polaco.
Los sabotajes
Los actos de sabotaje ocurrieron entre el 15 y el 17 de noviembre en dos puntos de la ruta ferroviaria Varsovia-Lublin, aunque Tusk no confirmó los hechos hasta el lunes 17.
En uno de los puntos se produjo la explosión de un artefacto «de tipo militar, con explosivos C4, detonado mediante un cable de 300 metros de longitud».
En otro lugar se halló una abrazadera de acero que intentó utilizarse para sabotear el raíl y provocar un descarrilamiento.
Tusk subrayó que «el objetivo era provocar una catástrofe ferroviaria».
El primer ministro anunció que ordenará introducir el tercer grado de alerta antiterrorista, «CHARLIE» en determinadas líneas ferroviarias, el segundo nivel de alerta más alto de los cuatro que hay.
Este nivel de alerta implica, entre otras medidas, la vigilancia durante las 24 horas en cruces, túneles y puentes de rutas ferroviarias, así como el control estricto del acceso de personas y vehículos a instalaciones protegidas, y la entrega de armas y municiones al personal de protección que custodia esas instalaciones.
Detenciones recientes e implicación de ucranianos
En su comparecencia, el primer ministro señaló que, en total, se ha detenido en Polonia a 55 personas por actos de sabotaje desde que comenzó la guerra de Ucrania en 2022 y especificó que, de ese medio centenar de individuos, 23 han sido encarcelados.
Recientemente las autoridades polacas detuvieron a ocho personas por inspeccionar diversas instalaciones de infraestructura crítica con el supuesto objetivo de atentar contra ellas.
Tusk alertó de que el objetivo de las autoridades rusas, a quienes culpó explícitamente de los atentados, «no es solo el efecto directo de los ataques, sino las consecuencias sociales y políticas, como la desorganización, el caos, el pánico y la incertidumbre» entre la población.
El segundo objetivo, «especialmente peligroso», según Tusk, «es fomentar sentimientos lo más radicalmente antiucranianos posible».
Por ello, el primer ministro hizo un llamamiento a la población para que «confíe exclusivamente en los comunicados de los servicios» oficiales y «no ceda a la desinformación coordinada desde el Este».
EFE