La primera vez que el presidente Donald Trump intentó sacar a Nicolás Maduro del poder, no fue tímido al respecto. Acusó al dictador venezolano de robar una elección, despojó al gobierno de Maduro del reconocimiento de Estados Unidos, impuso sanciones a Caracas y reunió a otros países para presionar a Maduro para que renunciara. No funcionó.
Por Nahal Toosi | POLITICO
En su segundo mandato, Trump apunta a Maduro de manera diferente, y su mensaje es, inusualmente para Trump, menos directo. Aunque Trump sigue diciendo que Maduro es un líder ilegítimo, ha dicho que «no estamos hablando» de un cambio de régimen en Caracas. En cambio, está enfatizando las acusaciones de larga data de que el hombre fuerte es un capo de la droga y un criminal peligroso. El plan, me dicen personas familiarizadas con la situación, es forzar la salida de Maduro como parte de la lucha continua de Trump contra los cárteles de la droga.
El esfuerzo ha incluido etiquetar a esos grupos como organizaciones terroristas, llevar a cabo ataques militares contra presuntos barcos que transportan drogas desde Venezuela, aumentar la recompensa de Estados Unidos por la cabeza de Maduro a 50 millones de dólares y cortar las conversaciones diplomáticas con Caracas. Puede que la campaña no sea formalmente sobre un cambio de régimen, pero si la presión de los movimientos antinarcóticos derroca a Maduro, bueno, el presidente y su equipo estarán encantados.
Si bien Trump admira a muchos de los autócratas del mundo, durante mucho tiempo parece que no le gusta Maduro. El sudamericano tiene raíces socialistas, no tendencias de extrema derecha como lo hacen los favoritos de Trump, como el húngaro Viktor Orban y el ruso Vladimir Putin. Y, he escuchado esto de varios funcionarios estadounidenses a lo largo de los años, Trump está realmente horrorizado por la forma en que Maduro atacó salvajemente la economía de una Venezuela que alguna vez fue vibrante.
«¿A todos les gustaría que Maduro se fuera? Sí», dijo un funcionario de la administración Trump sobre el presidente de Estados Unidos y sus asesores. «Vamos a ejercer una tremenda presión sobre él. Es débil. Es muy posible que caiga solo por esta presión sin que tengamos que hacer nada».
Pero, ¿está Trump dispuesto a eventualmente «hacer algo»? ¿Enviar una fuerza de invasión a Venezuela o lanzar un misil, tal vez? El equipo de Trump no parece descartar nada.
Trump tiene muchos planes disponibles, incluidos los que piden ataques aéreos contra objetivos de drogas en suelo venezolano, pero no ha emitido ninguna orden para eliminar directamente a Maduro, dijo el funcionario.
La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
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