
La noche del miércoles 10 de diciembre quedó marcada por un momento profundamente emotivo cuando María Corina Machado, líder de las fuerzas democráticas de Venezuela y galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, se reencontró con su familia tras dos años de separación por la persecución del chavismo.
Por: lapatilla.com
El encuentro ocurrió en los pasillos del Grand Hotel de Oslo, donde Machado se hospeda luego de recibir el prestigioso reconocimiento internacional.
Machado, quien permaneció en clandestinidad durante un largo periodo debido a la intensa persecución del régimen de Nicolás Maduro, no había podido abrazar a sus seres queridos desde 2023.
Esta distancia forzada convirtió el reencuentro en una escena cargada de emociones y lágrimas que rápidamente se volvió símbolo del sacrificio y la resistencia democrática venezolana.
Un abrazo esperado durante dos años
En la fotografía del momento se observa a Machado fundiéndose en un abrazo con su hija Ana Corina Sosa, mientras su madre, Corina Perisca, familiares y colaboradores cercanos la rodean con evidente emoción.

Las expresiones de alivio, alegría y desahogo reflejan el profundo impacto que la clandestinidad y la persecución han tenido sobre la vida personal de la dirigente opositora.
LEE TAMBIÉN: Reencuentro histórico: María Corina Machado saludó a venezolanos por primera vez desde Noruega (VIDEO)
La llegada de Machado al Grand Hotel, acompañado por el reconocimiento mundial que supone el Nobel de la Paz, marcó una pausa en su intensa lucha política y permitió este esperado reencuentro con quienes, desde la distancia, han sido su soporte emocional.
Un momento cargado de simbolismo para Venezuela
El reencuentro no solo conmovió a su círculo íntimo, sino también a miles de venezolanos que, a través de redes sociales, compartieron la imagen como un símbolo de esperanza. Para muchos, representa el costo humano de la lucha por la democracia y la posibilidad de un futuro distinto para el país.
El Premio Nobel de la Paz 2025 reconoce la labor de Machado en la defensa de los derechos humanos, la reconstrucción institucional de Venezuela y su rol central en la resistencia civil frente al autoritarismo. Su presencia en Oslo marca un hito para la oposición democrática y un capítulo significativo en la historia reciente de la nación.
Un regreso lleno de significado
Aunque su situación política continúa siendo incierta, el abrazo con su familia en Oslo envía un mensaje poderoso: pese a la persecución, el exilio y la distancia, la unión y la convicción democrática siguen intactas.
María Corina Machado retomará en los próximos días su agenda internacional relacionada con el Nobel, donde continuará visibilizando la crisis política y humanitaria de Venezuela ante la comunidad global.