
“De todos los niños que están en la foto, hay muchos que hoy son músicos. Y entre todos esos, que son unos músicos maravillosos, aparece un Premio Nobel de la Paz”, dice llena de energía y alegría la pianista y pedagoga argentina Lyl Tiempo, maestra de piano de María Corina Machado, quien bajo su guía debutó a los cinco años interpretando un Minuet de Mozart; a los seis, un Vals de Chaikovski; a los siete, una Sonatina de Clementi; y volvió a presentarse a los diez, en 1976, en el Teatro de Las Palmas.
Por: Clarín
“No quiero vanagloriarme como profesora de haberla tenido como alumna a María Corina Machado. Lo que sí quiero destacar frente a cualquiera que lea esta nota es las características humanas y la formación de esta niña. Más que sentirme orgullosa de haber tenido como alumna al Premio Nobel de la Paz, estoy orgullosa de haber tenido como alumna a un ser humano con mayúscula, a una persona excepcional. No voy a hablar de ella desde el punto de vista ideológico, sino decir que está del lado de la verdad, por supuesto. Todos la apoyamos en el mundo entero y esperamos que ella logre lo que todos deseamos para Venezuela, un país amado”.
Lyl Tiempo es pianista y pedagoga argentina, reconocida por su destacada labor artística y docente en el marco de una ilustre tradición familiar. Hija de los pianistas Antonio De Raco y Elizabeth Westerkamp, ambos discípulos del legendario maestro Vincenzo Scaramuzza, Lyl continuó y proyectó esa escuela pianística a las generaciones siguientes.
Su enseñanza ha sido decisiva en la formación de sus hijos, Karin Lechner y Sergio Tiempo, quienes desarrollaron sólidas trayectorias internacionales. La tradición continúa con sus nietos: Natasha Binder, hija de Karin, ya consolidada en los principales escenarios europeos, y Mila y Nelson, hijos de Sergio, que actualmente estudian con su abuela, manteniendo viva una herencia musical de excepcional coherencia y profundidad. Cuatro generaciones sostenidas por la música y una visión humanista inseparable de la formación musical.
Establecida en Europa, Lyl nunca dejó de mantener vínculos con Argentina. Su labor pedagógica continúa influyendo en una nueva generación de pianistas formados bajo su guía.
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