
Un nuevo escándalo estalló alrededor del proceso de paz total del Gobierno, tras la publicación de un informe de Noticias Caracol, en el que se evidenció un vínculo entre jefes de las disidencias de las Farc, dirigidas por alias Calarcá, con el general Juan Miguel Huerta, jefe del comando de personal del Ejército; también con Wílber Mejía, alto funcionario de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), y hasta menciones de una supuesta financiación de la campaña Petro Presidente.
Por semana.com
La información surgió de los dispositivos móviles que se incautaron luego de un polémico proceso que se dio en un retén en Anorí, Antioquia, de una caravana de siete jefes de disidencias y custodiada por integrantes de la Unidad de Protección, en julio de 2024.
“Llevaban armas, dinero y un menor de edad, lo que habría constituido la comisión de delitos en flagrancia. Sin embargo, la Fiscal General Luz Adriana Camargo emitió un oficio en el que ordenó la libertad de la mayoría de los capturados bajo el argumento de que eran gestores de paz y que aun en situaciones de flagrancia no podían ser capturados”, dice el informe.
Cuatro de los detenidos quedaron en libertad, entre ellos el jefe del autodenominado Estado Mayor de Bloques y Frentes de las FARC, alias Calarcá, su compañera Erika y dos jefes de frentes.
Los secretos guardados en un centenar de dispositivos electrónicos como computadores, memorias USB y celulares fueron incautados y quedaron en poder de la Fiscalía, que hasta ahora no ha hecho nada con esta información a pesar de la gravedad de su contenido.
El primer mencionado en la información de los computadores es el general Juan Miguel Huertas, actual jefe del Comando de Personal del Ejército. Está consagrado en un reporte que le envió a Calarcá uno de sus hombres de confianza, que asistió a reuniones en Bogotá con el general Huertas.
El delegado de Calarcá le señaló que Huertas le había propuesto la creación de una empresa. En ese momento, febrero de 2024, Huertas era un poderoso asesor en la sombra de funcionarios del Ministerio de Defensa, la Inteligencia del Ejército y la Dirección Nacional de Inteligencia.
Gracias a sus contactos, el general retirado les habría propuesto una fórmula para crear una fachada que les permitiera moverse en vehículos blindados y portar armamento legalmente, en una estrategia parecida a la que en los años 90 montaron los paramilitares con los departamentos de seguridad o convivir.
La carta deja en evidencia que la propuesta fue bien recibida por las disidencias, pues daban por sentado que los procesos de negociación con el gobierno van a fallar. El general también les ofreció protección para sus desplazamientos. “También nos dijo que el vínculo con el presidente lo daban para movilizarlos a ustedes con orden de no pararlos en ningún lado”, dice la comunicación del hombre de confianza de Calarcá.
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