
Durante siglos, muchas enfermedades mentales y neurológicas fueron erróneamente interpretadas como posesiones demoníacas. Esta visión reflejaba un profundo desconocimiento del cuerpo y, sobre todo, de la mente humana.
Por: Infobae
Muchas de estas condiciones eran vistas como supuestas manifestaciones del mal, especialmente cuando los pacientes experimentaban brotes psicóticos, convulsiones o delirios. Estas conductas, imposibles de explicar en su momento, eran asociadas con fuerzas oscuras y tratadas con prácticas tan extremas como el exorcismo o la trepanación.
La trepanación o lobotomía, una de las técnicas quirúrgicas más antiguas registradas, consistía en perforar el cráneo del paciente con la intención de liberar al supuesto espíritu maligno.
Restos óseos de diferentes épocas muestran evidencia de esta práctica, e incluso señales de cicatrización, lo que sugiere que algunos individuos sobrevivieron. Aunque este procedimiento era brutal y basado en creencias erróneas, muestra una intuición temprana sobre la relación entre el cerebro y los trastornos de conducta.
Pero no solo las enfermedades mentales fueron malinterpretadas. Enfermedades bacterianas como el tétanos o la rabia, con síntomas alarmantes como espasmos musculares, rigidez corporal extrema o hidrofobia, también se asociaban con brujería o posesiones.
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