José Romero: La cacería de los depredadores
13 Dec 2025, 16:45 3 minutos de lectura

José Romero: La cacería de los depredadores

Por La Patilla

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Para un grupo de delincuentes acostumbrados, durante casi 3 décadas, a ejercer un poder absoluto (incluso sobre la vida o la muerte) contra la población venezolana, verse convertidos en blancos, no sólo de una búsqueda de autoridades judiciales norteamericanas y argentinas, sino, también, de las fuerzas armadas norteamericanas al ser designados como terroristas, les cambió el juego.

Los altos mandos (civiles y militares) del Cartel de los Soles, nunca han dudado en asesinar, secuestrar, torturar, desaparecer a cualquiera que les significara una amenaza (real o imaginaria) para algunos de ellos. Adicionalmente, al tener acceso a millonarias sumas destinadas a corromper, comprar a funcionarios o personas cuyos cargos les ayudara a paralizar investigaciones, legitimar capitales, adquirir bienes, servir de testaferros, en fin, cualquier cosa. Todo eso, les hizo sentir intocables, Todopoderosos.

Verse ahora en posición de reaccionar a las situaciones, cuando eran ellos quienes imponían las narrativas y los temas a los que ellos querían o necesitaban que la gente dirigiera la atención, es algo inédito.

Ahora están paranoicos, y están sintiendo un miedo el cual eran ellos quienes lo infundían en otros. Y paulatinamente, se va convirtiéndo en terror, en pánico.

Su manera de lidiar con tal nivel de temor, es ocultarlo bajo máscaras de risas, bailes, “demostraciones de poder”, muchas veces bajo la forma de secuestros y torturas.

Pero, ¿esas conductas hacia quien van dirigidas? 

Obviamente, no a los norteamericanos sino a la población dentro de Venezuela. ¿Por qué? Debido a que, más cerca y más inmediato, a lo cual verdaderamente temen, es a que el pueblo venezolano caiga en cuenta de cuán débiles y solos se encuentran. Porque si eso ocurre, la gente saldrá a las calles en cada rincón del país y el régimen se cae.

Ellos saben que, esta vez, la FAN y policías no van a actuar con los excesos de violencia acostumbrados y tampoco serán iguales los números de efectivos actuantes. Y eso por dos razones 

Para finalizar, huir se hace más complicado, porque los anfitriones que los reciban, deben correr con las consecuencias de albergar terroristas.

Están heridos de muerte y saben que esto se acabó, solo que no está escrito el final en cuanto a cómo terminará todo.

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