¿Creen ustedes estimados lectores que hemos estado antes más cerca de la desesperanza total?, es cierto que sentimos que la incredulidad y los fracasos anteriores parecen haber agotado todas las posibilidades de lograr la salida de los herederos del traidor mayor, hoy felizmente difunto y la liberación de Venezuela; por todo esto me surge una pregunta fundamental que sacude todo ese pesar: ¿puede esta catástrofe ser a la vez causa y detonante de un cambio profundo? Creo en eso. Hemos denunciado hasta el cansancio que se trata de una organización criminal trasnacional y actualmente luego de este reconocimiento oficial de que se trata de una organización criminal trasnacional, será lo que marque el comienzo de una nueva etapa en la lucha contra este narcorégimen usurpador del poder.
Pero no solo las circunstancias han cambiado, también nosotros hemos cambiado; los que hemos padecido la opresión, hemos caído tantas veces que estamos más fuertes, hemos crecido, hemos aprendido y hemos encontrado nuevas formas de resistencia, de denuncia con propósito. Ya no somos los mismos que éramos ayer, y eso nos da una nueva perspectiva, una nueva fuerza y una nueva determinación. La verdad que nos mantiene de pie es que la opción que tenemos si abandonamos, es perder la patria para siempre y eso no es realmente una opción.
El pasado martes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha lanzado una de las declaraciones más contundentes contra el régimen de Nicolás Maduro desde que asumió el cargo. En una entrevista radial que marca un claro cambio de tono en la política exterior estadounidense, Rubio no solo calificó al gobierno venezolano como una dictadura, sino que fue más allá: lo definió como un cartel narcoterrorista que debe ser enfrentado con algo más que recompensas.
Las palabras de Rubio no son mera retórica política, reflejan una realidad que muchos analistas han señalado durante años: Venezuela bajo Maduro ha dejado de ser un estado fallido para convertirse en un narcoestado controlado por organizaciones criminales. Hay que tratarlos como lo que son, no es un gobierno, ni una dictadura en sí misma, sino un cártel de la droga.
Esta caracterización no es cualquier vaina desde mi punto de vista, es fundamental porque implica un cambio radical en el enfoque diplomático. Ya no estamos hablando de negociar con un gobierno autoritario, sino de enfrentar una organización criminal trasnacional que ha secuestrado un territorio soberano para sus operaciones ilícitas y nos abre un abanico de esperanzas a los venezolanos.
Rubio fue específico al identificar al Cartel de los Soles como la estructura que realmente controla Venezuela. Esta organización, dirigida por altos mandos militares, ha transformado las instituciones del Estado en herramientas del narcotráfico. Maduro es el jefe de una organización logística dedicada al tráfico de drogas, explicó el funcionario estadounidense, añadiendo que básicamente permiten a los narcotraficantes no solo transportar drogas a través de Venezuela, sino hacerlo utilizando instalaciones militares.
Esta descripción revela la magnitud de la corrupción institucional en Venezuela. No se trata de funcionarios corruptos que facilitan el tráfico de drogas; es todo el aparato estatal venezolano funcionando como una empresa criminal. Puedo afirmar cómo el hermano de Diosdado Cabello (José David) designa a los jefes de los aeropuertos, puertos, bases militares y fronteras venezolanas para facilitar el tráfico del narcotráfico internacional y son hasta descarados y ahora están asustados.
Venezuela se ha convertido en el epicentro de una red criminal que abarca todo el hemisferio occidental. Desde el territorio venezolano se coordinan operaciones que llevan drogas y violencia desde Suramérica hasta Estados Unidos, pasando por Centroamérica y México.
El impacto directo de esta situación en Estados Unidos. Están inundando con veneno (Drogas) todos los días, destruyendo vidas estadounidenses, destrozando familias y arrasando comunidades, esa fue la estrategia de Fidel Castro, es el teórico de la ética revolucionaria narcotraficante: venderle el perico con el que se envenenan los gringos, recibiendo a cambio el dinero con el que financiarás el combate contra los gringos. Una teoría perversamente inteligente, dicho sea de paso, porque era una de esas cosas de Fidel, donde se sustenta una maldad con un fin noble según su visión retorcida. En este caso, el fin noble es la destrucción de los EEUU. La maldad no es tan mala si persigue un fin “revolucionario”.
Las palabras de Marco Rubio marcan un punto de inflexión en la percepción internacional del régimen de Maduro. Ya no se trata solo de denunciar violaciones a los derechos humanos o irregularidades electorales, sino de reconocer que Venezuela ha sido capturada por organizaciones criminales que representan una amenaza directa a la seguridad hemisférica.
El gobierno de Estados Unidos no está diciendo sólo palabras en voz alta, estas están acompañadas de hechos, justamente en esta semana ha hecho un despliegue excepcional de 4.000 infantes de Marina y marineros en las aguas que rodean América Latina y el Caribe como parte de una iniciativa intensificada para combatir los cárteles de la droga.
La pregunta ahora es si esta nueva caracterización o nombre apropiado según la realidad a esa banda de narcotraficantes se traducirá en acciones concretas y si la comunidad internacional estará dispuesta a acompañar a Estados Unidos en un enfoque más agresivo contra la narcotirania venezolana. Lo que es claro es que, según el diagnóstico de Rubio, las medidas tradicionales han fracasado y es hora de enfrentar al régimen de Maduro como lo que realmente es: una organización criminal trasnacional que ha secuestrado un país entero. Desde la cárcel del exilio no me cansaré de escribirlo: es la oportunidad histórica de que Venezuela sea libre y debemos de apoyar todas las acciones y decisiones del gobierno americano entre ellas, la intervención militar. No lo vean como un simple deseo de alguien que está desesperado por liberar a nuestra patria, entiéndanlo como una necesidad real que debe convertirse en un hecho concreto. Hermanos venezolanos, se vislumbra allí cerquita, por aire, mar y tierra se está gestando la libertad, para regresar y construir condiciones para la prosperidad de todos, seguimos en la tarea, sin desmayar, sin pausa y con MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
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