
Por un instante, el despacho presidencial en Kiev quedó en silencio. La cámara seguía grabando cuando las luces se apagaron, dejando al presidente Volodímir Zelensky frente a la penumbra y al periodista británico Luke Harding, de The Guardian, que lo observaba con una mezcla de sorpresa e incredulidad. “Electricidad…”, alcanzó a decir el mandatario, mientras una voz fuera de cámara informaba: “Estamos cambiando al generador”.
Por Infobae
Zelensky sonrió apenas. “Estas son nuestras condiciones diarias”, respondió con calma.
La escena, difundida este lunes por el servicio de prensa presidencial, se convirtió rápidamente en un reflejo visual de la situación que vive Ucrania.
Durante la noche del sábado, Moscú lanzó cientos de drones y decenas de misiles contra centrales térmicas, subestaciones y plantas de calefacción en todo el territorio ucraniano. Las explosiones dañaron gravemente la red eléctrica y dejaron a millones de personas sin luz, agua ni calor. El operador estatal Centerenergo informó que su capacidad de generación había caído a “cero”, mientras el Ministerio de Energía advertía que el país enfrentaba “una de las noches más difíciles desde el inicio de la invasión” en febrero de 2022.

En Kiev, Dnipropetrovsk, Donetsk, Kharkiv y otras regiones, los cortes de energía se prolongan entre ocho y 16 horas diarias. Las cuadrillas de emergencia trabajan a contrarreloj para reparar los transformadores y redirigir el suministro desde zonas menos afectadas. A medida que las temperaturas descienden, las autoridades temen que la falta de calefacción se convierta en un nuevo frente de resistencia civil.
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