
América Latina acaba de sumar a su flota un buque que supera todo lo conocido en la región. Más que una embarcación militar, es una plataforma capaz de operar helicópteros, transportar tropas, asistir en emergencias y actuar en misiones internacionales. Su tamaño, diseño y tecnología lo convierten en una pieza clave para la estrategia marítima del Atlántico Sur. Esta es la historia del megabuque que ya se considera un emblema naval sin precedentes.
Por: Gizmodo
El arribo de un coloso que transforma el mapa marítimo
El debut de este megabuque representa un antes y un después en la capacidad naval latinoamericana. Con más de 200 metros de eslora y un desplazamiento que supera las 21 mil toneladas, la nave combina poder militar, logística avanzada y funciones humanitarias en un solo sistema.
Brasil, responsable de su operación, lo incorpora como el buque de guerra más grande y versátil de la región, reforzando su papel estratégico en el Atlántico Sur. Su tamaño y multiplicidad de funciones lo posicionan como un actor esencial tanto en defensa como en cooperación internacional, aumentando la capacidad de respuesta ante crisis o catástrofes naturales.
Este barco no solo amplía la presencia naval de Brasil: también establece un nuevo estándar tecnológico que influirá en la geopolítica del continente durante las próximas décadas.
Un buque multipropósito pensado para la guerra, la paz y el rescate
Conocido como NAM “Atlântico”, este Portaaviones Multipropósito fue diseñado para cumplir una amplia gama de misiones. Su objetivo no se limita a la guerra: también está preparado para actuar como plataforma de ayuda humanitaria, evacuación, apoyo logístico y transporte de personal militar.
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