
El fútbol en Ecuador atraviesa su momento más oscuro. Mientras la selección nacional celebra su clasificación al Mundial de 2026, el deporte local se ve golpeado por una escalada de violencia narco que ha dejado tres futbolistas asesinados en menos de un mes, en medio de denuncias de amaños de partidos, apuestas ilegales y amenazas de muerte.
Por: La Opinión
La reciente ola de homicidios revela cómo las estructuras del crimen organizado han penetrado las canchas del país, utilizando el futbol como un vehículo para el lavado de dinero y la manipulación de resultados, una práctica cada vez más documentada por organismos internacionales.
El martes pasado, Jonathan González, volante del club 22 de Julio de la Segunda Categoría ecuatoriana fue asesinado en su casa del puerto de Esmeraldas, una de las zonas más violentas del país. Hombres en motocicleta le dispararon en la cabeza tras negarse, presuntamente, a participar en un amaño de partido solicitado por mafias vinculadas a apuestas ilegales.
“El partido terminó empatado 1-1, pero a él le pidieron perder”, dijo a la AFP un exfutbolista cercano al caso. Semanas antes, el vehículo de González fue atacado a balazos y su madre recibió amenazas por teléfono. “Speedy, como lo conocíamos, era un chico sano y murió por no venderse”, afirmó Oswaldo Batallas, directivo del club.
Doble homicidio en Manta
Nueve días antes del asesinato de González, los futbolistas Maicol Valencia y Leandro Yépez, del club Exapromo Costa, fueron acribillados en un hotel de Manta. Hombres armados ingresaron y abrieron fuego: Valencia murió en el lugar y Yépez falleció en el hospital.
La policía mantiene los tres crímenes bajo investigación reservada. Aunque no se han confirmado móviles, expertos y familiares apuntan a las redes de apuestas y al crimen organizado como responsables. “No se descarta que sean víctimas colaterales de un país en guerra interna”, dijo una fuente de seguridad.
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