Una increíble cantidad de poderío militar estadounidense se concentra en el Caribe mientras el presidente Trump juega a la ruleta rusa geopolítica con el dictador venezolano Nicolás Maduro.
Por Axios
En resumen: El Comando Sur de Estados Unidos, encargado de ejecutar los ataques de Trump y de supervisar las operaciones en Venezuela, se encuentra ahora en el centro de la acción tras décadas de priorización del Pentágono en Oriente Medio y el Indo-Pacífico.
Observadores siguen su progreso mediante imágenes satelitales.
El Ford y sus escoltas llevan consigo capacidad ofensiva y defensiva —como aviones de combate, transporte y alerta temprana; helicópteros; misiles; y sistemas de interferencia y espionaje— además de miles de soldados.
Entre los buques que ya se encuentran en la región se incluyen el Iwo Jima, el Gravely y el Stockdale. Algunos portan misiles Tomahawk. Sobrevolando la zona, bombarderos realizan maniobras de entrada y salida, hostigando Caracas.
Estados Unidos ha causado hasta ahora la muerte de al menos 66 personas en 15 ataques contra presuntos buques de narcotráfico frente a las costas de Sudamérica. Trump ha dejado claro que está considerando atacar objetivos terrestres en Venezuela próximamente.
La intriga: La asignación de la misión al grupo de ataque de portaaviones y su eventual llegada constituyen una prueba más de que la administración Trump está centrando su atención en asuntos internos.
En Estados Unidos, se encuentra el proyecto Cúpula Dorada, con un presupuesto de 175 mil millones de dólares, y el despliegue de tropas en ciudades estadounidenses y la frontera sur.En un contexto más amplio, la guerra de Trump contra los cárteles está a punto de expandirse aún más, posiblemente a México.
Lo que se dice: «El Comando Sur (SOUTHCOM) tradicionalmente ha sido un ámbito secundario», declaró a Axios Mark Cancian, coronel retirado y asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.«Antes ocurría algo, pero el enfoque de la administración en la seguridad nacional y hemisférica ha generado mayor atención, y estamos viendo cómo se implementa con este despliegue militar».
Punto de fricción: Un exceso de buques y personal a bordo podría tener consecuencias en cadena para la preparación operativa en otros escenarios.
Estados Unidos cuenta con 11 portaaviones. Normalmente, dos o tres se encuentran en alta mar simultáneamente.
«Creo que es necesario un debate exhaustivo sobre la importancia que esto tiene para nosotros», dijo a Axios Bradley Martin, investigador principal de políticas de RAND y ex oficial de guerra de superficie.
“¿Qué recursos estamos utilizando, a qué tipo de cosas estamos renunciando como resultado de esta acción y cuánto tiempo queremos seguir así?”, preguntó. “¿Cuándo diremos que hemos hecho lo suficiente?”.
Según las cifras: La presencia de la Armada estadounidense en Venezuela —donde, según Trump, se llevan a cabo operaciones clandestinas de la CIA— está perdiendo popularidad, según encuestas de YouGov realizadas a más de 2000 adultos estadounidenses.
El mayor descenso, según las encuestas, se registró entre los republicanos: el 58 % apoya ahora la armada, en comparación con el 68 % en septiembre. La desaprobación, por su parte, ha aumentado del 13 % al 17 %.
Lo que escuchamos: Comparaciones, y muchas.Entre las más populares se encuentran la Operación Apoyo a la Democracia en Haití en 1994, las invasiones de Granada y Panamá en la década de 1980, e incluso la crisis de los misiles cubanos, en términos de magnitud y preocupación.(Reuters describió el despliegue militar como el «mayor no relacionado con el socorro en casos de desastre» en tres décadas).
