
Ya es oficial, Estados Unidos publicó este lunes, 24 de noviembre de 2025, en el boletín federal la designación oficial del llamado cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, en el que es uno de los movimientos más severos contra el círculo de poder de Nicolás Maduro en más de dos décadas. La medida, firmada por el secretario de Estado, Marco Rubio, concluye que existe una base suficiente para considerar que esta red, incrustada en el aparato estatal venezolano, cumple los criterios legales que permiten catalogar a un grupo como una organización terrorista. Su entrada en vigor es inmediata.
Por David Alandete / abc.es
La decisión llega en un momento de presión creciente de Washington sobre Caracas. Apenas una semana antes, Donald Trump anunció que preveía mantener una conversación con Maduro «en un futuro no muy lejano» y que tiene «algo muy específico» que transmitirle. La expectativa de esa llamada, que el propio presidente calificó de inminente, se interpreta ahora bajo una luz distinta, marcada por una designación que abre un abanico de herramientas legales, financieras y operativas sin precedentes.
En semanas recientes, Trump había rechazado una propuesta de Maduro para abandonar el poder en dos o tres años y dejar a Delcy Rodríguez al frente hasta las elecciones de 2031. En respuesta a una pregunta formulada por ABC el mes pasado, el presidente advirtió que el dirigente venezolano no debe ir «jodiendo» con Estados Unidos, una frase que refleja el tono de confrontación que ha caracterizado esta fase de la relación bilateral.
La inclusión del cártel de los Soles bajo la categoría de organización terrorista habilita la congelación de activos, la prohibición absoluta de transacciones financieras, la incautación de bienes y la apertura de procesos penales específicos por terrorismo, apoyo material y conspiración. Estados Unidos podrá emitir órdenes internacionales de arresto y aplicar la extraterritorialidad de su legislación para perseguir a cualquier persona o entidad que asista o financie a esta red.
Desde el Pentágono, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, explicó la semana pasada que esta designación abre «un montón de nuevas opciones» para la administración y permite dotar de nuevas herramientas a las agencias encargadas de enfrentarse a los grupos que considera narco-terroristas en la región. Hegseth evitó precisar si esa presión podría trasladarse al territorio venezolano, pero recordó que Estados Unidos acumula dos décadas de operaciones contra redes criminales en Irak, Siria y Afganistán, y señaló que, llegado el caso, ningún otro país tiene esa capacidad en el continente americano.
Mientras tanto, el Mando Sur ha ejecutado más de veinte ataques letales desde septiembre contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, con más de 80 muertos. La operación Lanza del Sur seguirá centrada en el tráfico marítimo. Al mismo tiempo, Washington ha intensificado sus críticas contra los cárteles en México y ha reclamado una respuesta más contundente del Gobierno mexicano.
Sobre el cártel de los Soles
El llamado cártel de los Soles es una estructura imputada en EE.UU. vinculada a sectores de la Fuerza Armada venezolana y a altos mandos del chavismo, señalada desde hace más de una década por narcotráfico y corrupción. Su nombre proviene de las insignias con formas de soles que llevan en los hombros los generales de la Guardia Nacional Bolivariana, el cuerpo militar al que Washington atribuye el control de rutas y cargamentos de droga hacia Centroamérica, el Caribe y, sobre todo, Estados Unidos.
Según las investigaciones estadounidenses, el cártel funciona como una red integrada en el aparato estatal venezolano, con protección política y militar. La fiscalía norteamericana sostiene que la organización ha facilitado durante años el tránsito de cocaína colombiana a través de Venezuela, utilizando puertos, aeropuertos militares y unidades de la Guardia Nacional. Documentos judiciales indican que la red se enriqueció cobrando porcentajes, ofreciendo seguridad a organizaciones narcotraficantes y gestionando directamente envíos internacionales.
Entre los señalados por Estados Unidos hay militares, ministros, exfuncionarios y dirigentes cercanos a Nicolás Maduro. En acusaciones federales presentadas en Nueva York y Florida figuran, entre otros, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López, Tareck El Aissami, Néstor Reverol, Hugo Carvajal y Clíver Alcalá. Los dos últimos han sido ya juzgados y condenados.
La mayoría de los casos se tramitan en tribunales federales del Distrito Sur de Nueva York y del Distrito Sur de Florida, jurisdicciones habituales para procesar delitos transnacionales de narcotráfico. Allí se concentran expedientes que describen la participación del cártel en operaciones internacionales, rutas aéreas y marítimas, pagos a funcionarios y protección estatal a las actividades ilícitas. Algunos de los acusados tienen órdenes de arresto vigentes y recompensas ofrecidas por el Departamento de Estado, mientras otros se encuentran fuera del alcance de la justicia estadounidense.
Maduro busca ganar tiempo
Las conversaciones discretas en las que Maduro ofreció dejar el poder se desarrollaron mientras Washington ampliaba su ofensiva en varios frentes. Funcionarios estadounidenses implicados en esas rondas diplomáticas admiten que la propuesta del mandatario venezolano fue vista como un intento de ganar tiempo ante la presión militar y las operaciones encubiertas ya autorizadas.
La percepción general en la Casa Blanca fue que Maduro buscaba una salida controlada que preservara la estructura de poder del chavismo y blindara a sus principales aliados, más que una transición genuina. Por eso la respuesta fue que cualquier plan que prolongara dos o tres años su presencia en Miraflores fue descartado por inviable.
Esas reuniones internas, descritas por asesores que participaron en ellas, coincidieron con informes más detallados de inteligencia sobre la actividad del cártel de los Soles y su papel en el negocio de la cocaína colombiana. Las agencias federales sostienen que la cúpula chavista no solo ha tolerado esa estructura, sino que la ha integrado en su funcionamiento interno, lo que, según la doctrina estadounidense, acerca al régimen a la categoría de actor criminal transnacional.
La ofensiva diplomática también se intensificó en Naciones Unidas y en foros regionales, donde Washington presionó para aislar a Caracas y para advertir de las posibles consecuencias de cualquier colaboración con redes vinculadas al cártel de los Soles. Delegados estadounidenses recordaron que la designación como organización terrorista permite una coordinación más profunda con aliados y abre la puerta a operaciones conjuntas en terceros países.